Terminamos el mes de septiembre impartiendo un curso de Design Thinking en el Instituto Asturiano de Administración Pública Adolfo Posada, para formar a personal de la administración en técnicas para diseñar e innovar en la creación de nuevos servicios.
Es la primera vez que impartimos un curso para este organismo y no teníamos claro lo que nos íbamos a encontrar , ya que desde el IAAP se ofrece formación muy variopinta para todo tipo de funcionarios, así que a la llegada lo primero que hicimos fue pedirles que se presentasen y nos contaran porque habían elegido este curso.
Como sospechábamos más de uno iba solo por cubrir las horas obligatorias y uno de nuestros miedos era la dificultad de conseguir que se implicaran en un formato de taller que requiere mucha participación, pero, en general, nos sorprendieron gratamente.
La primera jornada la dedicamos a los aspectos teóricos para dar a conocer que es el diseño, como surge el Design Thinking y porque, la filosofía Lean y metodologías ágiles, la creatividad y un buen puñado de herramientas para guiar el proceso de diseño y creatividad.
Pero como no todo iba a ser dar la chapa, ni provocarles una muerte por Powerpoint, hicimos el Marshmalow Challenge, mítica prueba de creatividad y trabajo en grupo, la cual uno de los equipos superó con nota, llegando casi al metro su torre de espaguetis.
Las dos jornadas restantes ya fueron para la aplicación práctica de lo explicado el lunes, así que a los equipos formados el lunes les planteamos dos retos de diseño con el concejo de Teverga como protagonista: “mejorar la economía de los habitantes del concejo” o “mejorar la salud de los habitantes del concejo”.
Para la fase de empatizar con la problemática y sus ciudadanos les dimos información socio-económica sobre Teverga, con esto ordenaron su conocimiento realizando mapas mentales y definieron las necesidades de los usuarios utilizando el mapa de empatía.
La verdad que costó un poco mantener el foco en el proceso, ya que tendían a plantear soluciones antes de reconocer las diferentes aristas del problema, es normal que cuando no estamos acostumbrados a la metodología de diseño queramos correr más de la cuenta, perdiendo por el camino matices y puntos de vista.
Pero una de las cosas buenas de este tipo de metodologías es que te arrastran como la resaca del Cantábrico y al final el proceso creativo fluyó como cabía esperar.
Así que como en un principio ya tenían enfocados los servicios que querían diseñar, sin haber pasado por un proceso creativo más estructurado, les animamos a plantear su primer prototipo y presentarlo antes de acabar la jornada.
Para la última jornada dimos un paso atrás para recuperar el proceso del Design Thinking y comenzámos evaluando el prototipo diseñado el martes utilizando la técnica de los 6 sombreros del pensamiento y la malla receptora de información para ordenar las ideas.
Una vez vistas las partes cojas de sus diseños retomamos el proceso creativo para generar nuevas ideas que mejoraran los servicios diseñados y planificar una segunda iteración, que presentaron antes de hacer el examen…
Sí el examen, cosas que tiene la administración asturiana…
Una interesante experiencia.
Los servicios diseñados fueron:
Alimenta el futuro: Mejora de la salud y las costumbres en alimentación del medio rural.
Relévame: búsqueda del relevo generacional en familias ganaderas próximas a la jubilación
Sedente: mejora de la gestión de montes y promoción del cooperativismo.
De Teverga al cielo: puesta en valor de los recursos turísticos y culturales desconocidos.
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