Hace poco que se celebró la Semana de la Movilidad 2018, por fin van mejorando las cosas en materia de accesibilidad en el entorno urbano, aunque queda mucho por mejorar, al menos se ha tomado conciencia de esa necesidad.
Nosotros, que somos una empresa que desde el principio hemos estado concienciados en el diseño para todos y la búsqueda de un diseño universal, siempre le estamos dando vueltas a que necesidades no han sido aun cubiertas y que puedan mejorar la experiencia de las personas. Además somos viajeros y nos gusta conocer nuevos lugares, a pie de calle, ya que caminando por la ciudad es cuando se descubren los lugares más genuinos y auténticos.
Cierto día, dándole vueltas a como estaba confeccionada nuestra ciudad en materia de accesibilidad y que mejoras se podrían diseñar, llegamos al siguiente caso:
Un turista recién llegado a la ciudad, usuario de silla de ruedas, donde se aloja? En que se mueve para llegar a los puntos de interés? Como siente su experiencia?
Para situarnos nos fuimos al ejemplo más extremo, buscando esas dificultades que se pueda encontrar, y que en mayor o menos medida nos pueden afectar a todos.
Ese turista, llamado Pedro, acaba llegar a su hotel en la parte oeste de la ciudad, un hotel que caminando estaría a unos 25 minutos del centro urbano, todo bajada en línea recta.
Pedro, una persona independiente al que le gusta callejear por las ciudades quiere acercarse hasta la zona de la Catedral, pero no le apetece realizar el trayecto en taxi o autobús, así que le pregunta al recepcionista cual sería el mejor trayecto para llegar en silla de ruedas a su destino.
Como era de esperar el empleado del hotel no conoce un trayecto adecuado para Pedro y le indica cual sería el camino normal para bajar caminando desde allí, “todo recto para abajo”.
En su viaje por la ciudad Pedro se encuentra con unas escaleras insalvables, una cuesta rompebrazos y una zona con el suelo de piedra que le cuesta horrores hacer rodar la silla. El paseo de Pedro se convierte una vez más en una tarde de frustración y agotamiento, sin poder haber visto todo lo que le gustaría y volviéndose al hotel en taxi…
Ante esta situación, que seguro no es muy extraña, decidimos crear una solución. La primera iteración de nuestro diseño consistía en una serie de trayectos desde los hoteles principales de la ciudad a los puntos turísticamente más relevantes, pero se nos quedaba corta. Resolvía casos muy concretos, pero no conseguíamos el empoderamiento total del transeúnte que estábamos buscando.
Así que cambiamos el diseño de rutas por diseñar un primer prototipo de mapa de la zona antigua de Oviedo en el que se muestra el nivel de accesibilidad de cada calle o plaza, atendiendo a múltiples variables, como pueden ser: el firme, la pendiente, obstáculos…
Este diseño lo validamos, y mejoramos, con gente de ONCE y ASPAYM, ya que no solo tendría que ser útil para gente en silla de ruedas, sino que quisimos que tener en cuenta también diferentes dificultades de visión.
El resultado es un mapa que muestra las calles más accesibles, donde coger el transporte urbano, zonas para descansar, la situación de la oficina de turismo…
Diseñamos este mínimo producto viable de mapa imprimible con la intención de validar el diseño con el apoyo del Ayuntamiento, aunque aun no hemos conseguido que quieran sacarlo adelante.
Este es un proyecto que no está solo concebido para el soporte del prototipo, sino que puede ser ofertable como servicio web o aplicación móvil, y por supuesto es algo extensible a cualquier ciudad, paso que queremos dar en un futuro cercano.
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